En primer lugar es preciso definir claramente
cuál es la información que se desea encontrar. Una vez establecida
la conexión a Internet se abre el navegador, siendo a veces necesario
instalar algún programa accesorio. En la ventana de selección
se teclea exactamente la dirección completa de la página
de acceso a cada base de datos, que se identifica con las siglas "http",
o se pulsa el icono correspondiente en BUSCATOX. Cuando se abre la página,
se escriben en la ventana de búsqueda de la misma los términos
que mejor definan el objetivo de la búsqueda. En algunas bases
de datos la búsqueda se realiza a través de menús,
pulsando sucesivamente en las letras y términos, generalmente subrayados
y en azul, que enlazan sus contenidos.
Es recomendable preparar previamente una lista con los descriptores,
sinónimos o frases que mejor definan el objetivo [8], usando el
idioma de la base de datos. Los términos suelen combinarse entre
sí para reducir el número de respuestas, empleando cuando
sean necesario comandos de inclusión de ambos (y/and/+), inclusión
de alguno (o/or/,) o exclusión (no/not/-).
Para no perder información, se recomienda utilizar
términos en singular, o mejor aún, usar sólo la
parte básica de la palabra, truncamiento que en algunos archivos
será preciso señalar con símbolos como "*"
ó "?". Por ejemplo, si el término empleado es
"toxi*", la búsqueda identificará todas las
variantes, como toxinas, tóxico, toxicidad, etc. La elección
de los términos adecuados requiere práctica, por lo que
es muy útil comenzar con palabras clave de alguna publicación
de tema semejante al objetivo. Las diferentes estrategias de ir añadiendo
o reduciendo términos persiguen obtener un número adecuado,
es decir, suficiente pero no demasiado alto que permita manejar las
respuestas.
La eficiencia en localizar información
exclusiva del compuesto solicitado es muy variada dependiendo de la
base de datos. Por ejemplo, es del 63% para ChemFinder y del 73% para
ChemIDplus [9]. Este aspecto es fundamental ya que muchas publicaciones
citan los compuestos estudiados con nomenclaturas antiguas. Es muy conveniente
seguir las recomendaciones de la International Union of Pure and Applied
Chemistry (IUPAC) o mejor aún, emplear el número clave
exclusivo asignado por el Chemical Abstracts Service (CAS) para más
de 23 millones de sustancias. Otras entidades también emplean
sus propias claves, como RTECS, EINECS, EEC, etc.
Basado
en: "La búsqueda de información toxicológica:
módulo práctico de aprendizaje". Repetto G, et
al. Revista de Toxicología 18:92-98 (2001)
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